La Taberna

En La Cuchara Enroscada encontrarás una comida que quizás nunca hayas probado. Más de 20 años de experiencia donde la tradición y la experimentación van de la mano. Nuestro menú es cambiante y pocas veces podrás repetir un plato.


El Espacio

Las vistas junto con la comodidad, la música, el arte y la artesanía. Un espacio local y universal al mismo tiempo. Todo en su interior, la iluminación, el mobiliario, las formas y los materiales con los que ha sido construido, son únicos.


Propuesta gastronómica

Menú creado semana a semana sobre las ideas y los productos que encontramos, a los que se les aplica todo el conocimiento técnico que tenemos, siempre al servicio de los comensales.


Eventos

En LCE tenemos una gran experiencia creando eventos especiales. Realizamos todo tipo de formatos: cenas formales, cocktails de pie e incluso fiestas con DJ.

Ven a nuestra mesa.

El mejor vino del mundo.

Vinos.


Tintos. Blancos. Rosados. Cavas.


Espirituosos.

Las
cucharas
enroscadas.


La Galería

Cada familia
tiene su propia historia.
La nuestra comienza
con el amor.

Primero1995 - 2000

Segundo2001 - Presente

Nadie sabe con certeza de dónde vino el nombre, algunos dicen que hace años un viajero agotado intentó defenderse con una cuchara durante una discusión acalorada y acabó muerto, la cuchara aún en su mano, enroscada como un alambre por la presión de sus dedos. Otros juran que era el símbolo de una familia que fundió su oro en utensilios para ocultarlo de la ley. Pero lo cierto es que la cuchara está allí, clavada detrás de la barra, torcida como la historia de este remoto rincón.


La taberna se alza solitaria al borde de un camino polvoriento, donde los viajeros se detienen a descansar tras largas jornadas de trayecto. El suelo de madera cruje como si recordara cada paso, cada conversación en voz baja, cada despedida sin promesas de regreso.


Aquí no hay música enlatada, sólo el sonido de las copas al chocar, las risas compartidas, las historias que cruzan de una mesa a otra y el arrastrar de maletas contra el umbral. Es un lugar para conversar sin prisas, para reír y llorar sin juicio, para encontrar calor humano entre desconocidos que, por unas horas, se sienten menos solos. Los que vienen, lo hacen por muchas razones: hacer una pausa, buscar algo que aún no saben que han perdido, o simplemente compartir el peso del camino con alguien que entienda. Y los que trabajan aquí... bueno, ellos han aprendido a escuchar más que a hablar.


El dueño, es un tipo afable, amigo de sus amigos, de esos que siempre tienen una palabra justa en el momento oportuno y una lealtad que no necesita demostrarse porque se respira en su forma de estar. Tiene esa clase de calma que da el tiempo y los caminos recorridos, y una sonrisa que no es grande, pero sí honesta. Es de los que escuchan y hablan, y cuando lo hacen, todos prestan atención. Es de confianza, sencillo, cercano; el tipo de persona que uno se alegra de encontrar al final del día te miran con calma antes de ofrecerte algo caliente. Dicen que fue montañero, viajero, luego tabernero, y que en algún momento simplemente decidió quedarse en este lugar. Es amable, pero distante, como quien ha aprendido a vivir entre despedidas.


A veces llega algún caminante solitario, con la ropa empolvada y la mirada perdida. Se sienta, pide algo reconfortante, observa en silencio como si buscara pistas del mundo en las paredes... y luego se marcha con el primer rayo de sol.La Cuchara Enroscada no busca visitantes, los recibe. Como un refugio olvidado por el tiempo. Como un paréntesis entre destinos. Y cuando cae la noche y el viento cruza las rendijas, algunos aseguran que se oyen susurros antiguos. Como si la taberna misma tuviera memoria.

Reservas.


Ven a nuestra mesa

Envíanos un mensaje para venir cuando quieras.


RESTRICCIONES

Tener poco hambre. Lo que tiene que picar, pica. Si no te gusta algo, te hacemos otra cosa. Trae tu mascota.


CANCELACIONES

Avisa con tiempo, por favor.